Muchas personas aprovechan los equipos de aire acondicionado de ventana para ahorrar dinero en la factura de luz, enfriar áreas de la casa donde el aire acondicionado principal no llega o enfriar la habitación lo suficiente como para cubrirse con una manta en las noches.
Un aire acondicionado de ventana es bastante útil por las razones dichas anteriormente, pero cuando el polvo, la humedad y calor se combinan, estos equipos son el ambiente perfecto para que se forme hongo y moho si no se le realiza mantenimiento cada año.
Paso uno: retira la carcasa de la unidad
En equipos de aire acondicionado de ventana más pequeños, retira la carcasa metálica exterior de la unidad. Esto debería exponer las bobinas, el ventilador y el compresor. En una unidad más grande, después de quitar el plástico frontal y unos cuantos tornillos, el aire acondicionado se desliza fuera de la caja hacia el interior de la habitación. Ten cuidado de no dañar las aletas de metal en la parte delantera y trasera de la unidad. Estos están hechos de aluminio y se doblarán fácilmente. Debes empezar todo bien desde el primer paso con el fin de maximizar la efectividad de tu equipo de aire acondicionado.
Paso dos: llévalo afuera
Elige un lugar apropiado donde puedas usar una manguera, como el garaje. Coloca el aire acondicionado de la ventana en algo seguro, como una mesa o un caballete. Estos estarán expuestos al agua y al blanqueador, por lo que debes elegir algo apropiado para esta tarea. Para equipos más grandes, necesitarás la ayuda de alguien para que pueda levantar la unidad y limpiarlo exhaustivamente.
Paso tres: elimina el polvo
A una distancia precavida, usa un compresor de aire, lo suficientemente lejos como para limpiar el polvo y la suciedad, y no dañar ningún componente como las aletas de aluminio. Limpia cualquier polvo o suciedad de la superficie con un paño húmedo.
Paso cuatro: limpiar las aletas
Con un cepillo suave, como el que se usa para eliminar la pelusa de la ventilación de la secadora, desliza las aletas hacia arriba y hacia abajo para eliminar la suciedad acumulada en la parte delantera y trasera de la unidad de aire acondicionado.
Paso cinco: Limpia las ranuras de ventilación y el soplador
Llena una botella spray con aproximadamente ¼ de blanqueador y el resto con agua.
Rocía directamente en el área donde el aire frío sale del aire acondicionado. Satura esta área. Asegúrate de obtener suficiente solución en el ventilador mientras lo giras lentamente.
Una vez que la botella esté vacía, rellena con agua y rocía en la misma área.
Paso seis: lava la bandeja con agua
Usa una manguera y deja correr el agua sobre la bandeja de goteo para que mientras cae el agua se lleve toda la suciedad. Evita hacer presión con el agua sobre la bandeja, ya que es delicada y podrías dañarla, hacerlo es uno de muchos errores que compromete tu aire acondicionado.
La presión del agua dañará los componentes del aire acondicionado de ventana, mientras que enjuagar durante varios minutos suele ser suficiente.
Paso siete: déjalo secar
Deja que la unidad se seque por unas horas, luego inspecciona de cerca cualquier resto de suciedad. Elimina el agua restante con un paño seco y limpia las superficies que aún tengan rastros de cloro, detergente o suciedad.
Ahora que ya todo está limpio, solo queda que pongas todo en su lugar para que funcione como siempre. Ahora es momento de volver a respirar aire puro sin rastros ni olor a moho.
Como te habrás dado cuenta, darle el mantenimiento adecuado a tu equipo de aire acondicionado de ventana no es nada difícil y te será de mucha ayuda. Eliminará los malos olores, no se sobre calentará y te durará por mucho más tiempo. Solo es cuestión de dedicarle un par de horas de tu vida cada 6 meses o un año, dependiendo del uso tan frecuente que le des y todo marchará a la perfección.
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